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Agente o Corredor Inmobiliario Certificado

    En algunos países de Latinoamérica, el ejercicio de la profesión de Agente Inmobiliario o Corredor Inmobiliario está sometido a un régimen legal que la restringe solamente para quienes cumplen una serie de requisitos. Entre estos cuentan, los estudios formales y la validación de competencias por parte de un gremio o institución, entre otros.

    En estos casos, tener o no la licencia, será un factor crítico para poder ejercer cualquiera de las dos actividades. Lo cual también aplicará, en ocasiones, para otras actividades como la Administración Inmobiliaria.

    Sin embargo, en muchos otros países resulta más simple el proceso, puesto que no cuentan con la exigencia de una licencia para la actividad. Y me permito decir, que no la tienen aún, pero que en el largo plazo, tenderá a existir, más adelante lo aclaro.

    ¿Agente o Corredor?

    La primordial diferencia entre estos dos términos está relacionada con la experiencia, puesto se considera al Corredor, más experimentado en la materia.

    Pero más allá que eso, podemos encontrar a Agentes de profesión y larga trayectoria.

    La actividad del Agente está más asociada a las funciones operativas de la profesión: atender llamadas de clientes interesados, realizar investigaciones de mercado, acompañar a los interesados a las demostraciones del inmueble, el manejo de documentos, y otro tanto que ocurren diaria o eventualmente.

    La actividad del Corredor está más asociada a las funciones estratégicas de la profesión: planes de mercadeo de producto y marca, relaciones con clientes, captación de negocios y propiedades, dirigir a un equipo de agentes, asesoramiento y acompañamiento de negocios.

    Si bien es cierto, que cualquiera que se inicie en una actividad, puede desde el primer momento asumir todo el combo, en los códigos de ética o ejercicio de la profesión, que son más abundantes que las exigencias de licencias para la actividad, se cuenta con intentos de discriminar los dos roles.

    Entonces, el título de Agente o Corredor, realmente tendrá mayor relevancia y credibilidad ante el mercado cuando no es auto-asignado, sino que una entidad profesionalizada lo otorga. Aun cuando sean las propias marcas comerciales, independientemente del nivel de exigencia de requisitos para su otorgamiento.

    ¿Certificado?

    Este punto sí es más importante, porque una certificación implica la existencia de una entidad con un cuerpo colegiado capaz de opinar acerca de la competencia del profesional para el sostenimiento de dicha certificación. Es decir, un equipo profesional valida, y la institución da certeza, de que el profesional demuestra estar habilitado para su ejercicio.

    Algunas entidades contarán con mayor o menor credibilidad, dependiendo de su origen, tamaño y publicidad, pero siempre será mejor que el aval de una marca comercial o de una auto proclamación.

    Una certificación o licencia obligatoria, permite reducir la integración de no profesionales en la actividad, disminuyendo una cantidad de incidencias relativas al trato del cliente, la calidad de los productos y servicios ofertados al mercado, así como el cumplimiento de aspectos técnicos y legales. Con la consecuente mejora de la percepción general del ejercicio profesional en el mercado.

    ¿Cómo me inicio?

    Es posible iniciar una carrera ordenada sin certificación. De la mano de una marca, de un mentor o haciendo alguna asistencia a un profesional experimentado.

    Hacerlo solo, ni con toda la voluntad del mundo se entra pronto en el carril. Se cometen muchos errores, se ignoran demasiados aspectos y eso, además de mellar el crecimiento inicial, que es muy tolerante porque está sustentado en un círculo de relaciones conocido, restringe las referencias. No tanto porque la gente no tenga la voluntad de referirnos, sino porque hay poco para referir, y muy poca garra para extraer referencias no recibidas por voluntad de ese círculo social.

    Iniciar estudiando una certificación, por sí solo, tampoco ahorrará muchos de los problemas de la fase inicial, sobre todo, los que son más relativos al roce con el mercado y los procesos. Por lo que, combinar el estudio de la certificación con el acompañamiento de la experiencia, derivará en un despegue a modo de cohete espacial.

    La mera relación con la certificación y la experiencia no dará ningún resultado, sin la indispensable energía e ímpetu profesional. Esa sed de saberlo bien, hacerlo bien y lograrlo bien no puede faltar. Y eso tendrá un costo físico y de tiempo, pero a su vez reportará retornos personales, profesionales y económicos increíbles.

    ¿Cómo seleccionar con quién certificarme?

    El mayor respaldo siempre será el sugerido. Buscar el gremio de mayor representatividad es la primera tentación. Pero vale la pena validar los preceptos éticos que establece, y siempre que estén en consonancia con los propios valores, se preferirá por este. Si no, otro gremio de menor calada, pero mayor congruencia personal, será la mejor elección.

    ¿Debo trabajar con la mejor marca para aprender más?

    Todo dependería de qué la hace la mejor marca. Porque el mercado inmobiliario, los procesos y los trámites son los mismos en todas las marcas. El asunto radica en que algunas marcas reportan mejores resultados locales que otras. Enfatizo resultados locales, porque una marca con resultados globales estratosféricos, pudiera tener poca o nada representatividad en nuestra localidad, y aunque en ocasiones sí se ejerce la actividad en grandes regiones, el inicio normalmente estará muy ligado a la región en la que nos desempeñemos.

    El aprendizaje que obtenemos de nuestro proceso de iniciación y profesionalización, no depende tanto del contexto, que sí influye de forma importante, sino que depende más de nuestra disposición a hacer el trabajo que ello conlleva: estudiar, pensar, analizar, conversar, proyectar, intentar, validar, etc., que no tiene nada que ver con conocimiento ni experiencia, sino más bien con actitud hacia la misma profesionalización en cualquier área.

    Finalmente, si nos hacemos profesionales en el mundo inmobiliario, conviene de sobre manera apasionarse con ello, porque no solamente es una profesión rentable, sino que reporta grandes satisfacciones y un relacionamiento personal de mucho valor.

    Redacción y producción: José Mendoza